Partidos de la oposición no asisten a juramentación

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Los legisladores de los partidos de oposición no asistieron a la toma de posesión del presidente Danilo Medina, alegando que el acto era “una pantomima para legitimar un “poder usurpado”.Con el retiro del Congreso Nacional, los legisladores opositores ratificaron la posición de negar la legitimidad al triunfo del presidente Medina, a la vez que demarcan la actitud que mantendrán frente a la segunda gestión del mandatario. 
Los legisladores del Partidos Revolucionario Moderno (PRM), Alianza País, el Frente Amplio y el Reformista Social Cristiano (PRSC) abandonaron el Congreso Nacional minutos después de ser juramentados los bufetes directivos, alegando que “no seremos testigos mudos de otro acto de sepultura de nuestra democracia”.

Depositan documento

Antes de asistir a la juramentación del bufete directivo de la Cámara Baja, los diputados Alfredo Pacheco Ozoria, del PRM; Fidel Santana, Frente Amplio; Máximo Castro Silverio, del PRSC; Betzaida Gonzales, del PQDC, y Fidelio Despradel, Alianza País, así como los senadores Santiago Zorrilla, del PRM y José Hazim Frapier, PRSC, depositaron un documento en el que explican la ausencia a la Asamblea Nacional. 
El documento señala que el acto de juramento presidencial es el resultado lamentable de un largo y sistemático proceso de violaciones a las leyes, a la Constitución de la República y a los principios de equidad, transparencia e imparcialidad de la autoridad electoral. 
“Denunciamos que la democracia dominicana vive su mayor amenaza de las últimas décadas y que a diferencia del pasado, esa amenaza no proviene de los cuarteles militares, sino, paradójicamente, del liderazgo político de un partido, el PLD, que sin escrúpulos de ningún tipo está liquidando la independencia del Poder Judicial, ha convertido el Congreso en una caja de resonancia de los intereses de quienes dirigen el Poder Ejecutivo y ha desvirtuado, mediante la coacción y los favores, casi todos los órganos de control y fiscalización del Estado”, dice el documento.
Precisa que en su ruta antidemocrática, el gobierno de Medina está inmerso, también, en un peligroso proceso de división y represión de gremios y sindicatos, así como organizaciones de la sociedad civil que formulan críticas públicas a la administración del Estado. “Ese deterioro de la democracia tiene el deber de detenerlo o de lo contrario, el país corre el riesgo de convertirse en un pueblo sometidos por la voluntad y los intereses fraudulentos”.
El Caribe