
El debate comenzará a las 21:00 del lunes hora del este de EEUU (01:00 GMT del martes). La expectación se encuentra alimentada por el polarizado clima electoral tras una campaña agresiva que no se ha caracterizado especialmente por su limpieza y la reñida contienda, ya que las últimas encuestas apuntan una reducción del margen de ventaja de Clinton cerca del empate técnico.
Además, el controvertido carácter de Trump y el hecho de que por primera vez una mujer, Clinton, sea la aspirante a la Casa Blanca por parte de uno de los dos grandes partidos ha añadido interés al ya de por sí fascinante circo de la política estadounidense.
A un día del debate, que tendrá lugar en Long Island a una hora de la ciudad de Nueva York, ambos candidatos tienen previsto pasar la jornada trabajando en los argumentos y posibles escenarios que podrían producirse en los 90 minutos de debate sin interrupciones publicitarias. Incluso en este aspecto, el contraste es evidente.
Si Clinton lleva días concentrada en el cara a cara, Trump ha dejado esto para el último momento, y ayer realizó un evento de campaña en Roanoke (Virginia).
“Vas a tener que ver cómo te sientes cuando estés ahí (en el debate)”, dijo.
